A veces la vida te da muchas sorpresas, y con ellas vienen las pruebas que se cree son obstáculos difíciles de superar, y aunque no siempre sabemos diferenciar cual de todas las oportunidades que se nos presentan son las más adecuadas y mejores, siempre optamos por la que más nos convenga o la que nos haga más feliz, pero no nos detenemos a pensar en cuales serán los resultados de aquella elección que hicimos.
Cuando nos queremos dar cuenta de aquella decisión mal tomada "error" (por llamarlo así) puede ser que ya hayamos creado alguna ilusión en otras personas o hicimos que cambien de opinión por acoplarse a nuestra elección.
Para decidir algo se debe tener seguridad y firmeza, y con ello el carácter que destaca nuestra personalidad que nos permitirá regir un futuro lleno de objetivos y metas electas, propuestas y cumplidas en la vida.
Las decisiones son parte fundamental de nuestro diario vivir y por ello hay que aprender a decir si cuando es necesario y no cuando debemos rechazar lo que no estaría bien para nosotros, sin pensar en el que dirán o si mi respuesta hará daño, tratando de no ser inoportuno con los demás.
En el vivir está el aprendizaje y en él la experiencia, así que no hay que desesperarse por tomar alguna decisión, siempre hay que hacerlo con calma y pensando en los pro y contras que traerá consigo aquella opción electa.