Somos capaces de juzgar pero no de juzgarnos así mismos, porque cuando hay un error nuestro decimos que somos humanos y por ello estamos en el derecho de cometerlo, pero cuando hay un error de la contraparte lo señalamos de tal manera en que no permitimos un fundamento.
Luchar y sufrir es de humanos, pero más humano es quien aunque caiga sepa aceptarlo y reconocer que lo hizo por algún error o porque sencillamente actuó sin pensar en las consecuencias.
La vida tiene muchas cosas buenas pero también da sorpresas que pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas en un solo instante, por ello se debe aprender a tomar una decisión y no arrepentirse de ella sea cual sea el resultado, pues si antes de tomarlo lo piensas será la mejor decisión y si fallas serás capaz de juzgarte tu mismo.